Descripción
Todos dibujamos cuando somos niños; el misterio surge cuando dejamos de hacerlo. Ese es el momento en que tomamos conciencia que no seremos grandes maestros de la pintura. Cualquiera, sin embargo, puede aprender a dibujar, cualquiera puede convertir su mirada en un acto creativo: lo importante no radica en la habilidad manual sino en la visión que logremos tener de nuestro entorno.